Berlín.- Con muchos kilos de más, Britney Spears (27) defraudó en Berlín. Ni cantó en directo ante 14.000 espectadores. Britney Spears dio a conocer sus extraordinarios deseos antes de celebrar el concierto en Berlín, este fin de semana. Entre los detalles que quería en su camerino se encontraban los 200 lirios blancos con los que decorar las cuatro paredes que habrían de verla desnuda.
Lo que los lirios y los 14.000 fans que asistieron al concierto de la Spears no esperaban ver es su baja forma. Nada en contra de unos kilitos de más, pero incomprensible que exhibiera su rolliza cadera y se contoneara como si su cintura fuera un símbolo de esbeltez.
Al parecer, ése no fue el único fraude. Toda su actuación fue en 'playback', y eso que las entradas tenían un precio entre 61 y 249 euros.
No sólo defraudó el espectáculo, sino también su comportamiento. Aterrizó el viernes en Berlín con su nuevo acompañante y manager, Jason Trawick (37), así como con su padre, Jamie Spears (57). Se alojaron en el hotel Grand Hyatt y no se dejaron ver.
Pese a que numerosos fans se concentraron ante el hotel, Britney Spears no les concedió el gusto ni de asomarse por la ventana, costumbre habitual entre los artistas. A la vista de su aspecto, muchos creyeron que debía estar comiendo.
